Como siempre el rejoneador ibérico lució y demostró su
calidad con caballos bien educados y toreros que hicieron que el público
disfrutara de la magia de su toreo y la calidad de sus faenas, que emocionaron
a los aficionados.
Pablo Hermoso le cortó la oreja a su segundo de la tarde de
nombre “Agradecido” y de 580 kilos, al que le hizo una faena muy buena y
culminó con una buena estocada. Al burel le hizo con uno de sus caballos un
quiebre doble en frente de la cara del toro, que el público gozó.
El Chihuahua le cortó la oreja a su primer toro de la tarde,
de nombre “Rival”, el cual aunque fue débil y cayó varis veces, de modo que
algún aficionado dijo que “resultó ser perro porque se echa”, le dio un
estoconazo que le valió tocar pelo.
Saldívar tuvo dos toros malos y a pesar de que se mostró
voluntarioso poco pudo hacer. Sin embargo dio una tanda de alto nivel que valió
la pena el boleto que se pagó, aunque no cortó oreja demostró su clase y
calidad.
El encierro fue bien presentado, pero los toros se cayeron,
faltos de fuerza, lo que a veces le restó emoción y transmisión a la corrida.
En su segundo toro, el Chihuahua, quien le puso banderillas
a sus dos toros, a petición del público, hizo una faena buena, pero mató de
media estocada de modo que el burel tardó en caer y a pesar de la presión del público
el juez de plaza Ulises Zapata no concedió la oreja y el público le gritó
culero.
La corrida fue una auténtica fiesta, pero debido a que
acudió mucho villamelón a cada rato pedían música, ya que no saben que en una
plaza de primera como la Mérida no hay música cuando torean los de toreros de a
pie.- Podio Deportes
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