México y Bolivia, como se sabe, chocarán del viernes al
domingo próximos en la cancha Lorenzo Molina Casares del Club Campestre. El
equipo sudamericano llega a la capital yucateca en el transcurso de ayer
domingo, en diferentes vuelos. Será la segunda vez que Lavalle dirija en la
Davis.
Al concluir el intenso entrenamiento matutino de México,
Lavalle externó que aún les quedan un par de días más de trabajo intenso, antes
de bajar el ritmo para que los jugadores estén en las mejores condiciones
físicas para sus encuentros “y poder ofrecer una fuerte pelea a los
bolivianos”.
“Hay confianza en el equipo. Hemos trabajado fuerte para
esta serie”, abundó el ex jugador de Copa Davis.
“Y, además, el comité organizador (lo encabezan Jorge
Robleda Moguel y Jorge Haro Giffenig) está haciendo un estupendo trabajo,
ocupándose de dar una muy buena atención a los jugadores. La cancha, como ya
comenté, es excelente, semilenta, justo como la pedimos”, agregó.
Anoche arribó a Mérida el cuarto integrante del equipo
mexicano, el cordobés Santiago González, quien en horas de la madrugada del
sábado cayó en la final de dobles del Abierto Mexicano, en Acapulco, donde hizo
pareja con el polaco Mariusz Fyrstenberg.
“Han sido dos muy buenas semanas para Santiago, quien antes
de Acapulco ganó en Memphis. Me siento orgulloso de lo que está haciendo y de
su conducta, de su forma de enfocar las cosas, pues le gusta dar consejos a los
jóvenes, compartir con ellos lo que sabe”.
Sobre la final de dobles, ganada 7-6, 5-7 y 10-3, por el
brasileño Marcelo Melo (5 del mundo en dobles) y el croata Ivan Dodig (8), Leo
comentó que fue un partido muy difícil, cerrado, de esos que cualquiera puede
ganar. “Los cuatro jugaron muy bien”.
Tras cerrar el entrenamiento en cancha, el equipo mexicano
pasó a hacer trabajo de gimnasio.
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Foursport, OptiMolina e Iguana Maya Travel.- Podio Deportes /Foto Roberto Téllez
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